Temis, la Diosa de la Justicia: Su Influencia en la Cultura y el Arte Antiguo

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    Temis, la diosa griega de la justicia y la equidad

    La justicia es uno de los valores más importantes para la convivencia humana. Desde la antigüedad, los griegos se preocuparon por crear un orden social basado en el respeto a las leyes y los derechos de los ciudadanos. Para ello, se inspiraron en una de sus divinidades más antiguas y veneradas: Temis, la diosa de la justicia y la equidad.

    Temis era una diosa preolímpica, es decir, que pertenecía a la generación anterior a los dioses que reinaban en el Olimpo bajo el mando de Zeus. Era hija de Urano y Gea, el cielo y la tierra, y hermana de los titanes, los cíclopes y los hecatónquiros. Su nombre significa "ley de la naturaleza" o "lo que está establecido", y se le atribuía el poder de mantener el equilibrio cósmico y el destino de los mortales.

    En este artículo, vamos a conocer más sobre esta fascinante diosa, su origen, sus atributos, sus funciones, sus descendientes y su papel en la Mitología griega. Veremos cómo Temis era mucho más que una simple representación de la justicia humana, sino que era una fuerza primordial que regía el universo con su sabiduría y su profecía.

    El origen de Temis

    Según el poeta Hesíodo, Temis fue una de las doce divinidades que nacieron de la unión entre Urano y Gea, los primeros seres que existieron. Junto con sus hermanos, los titanes, formó parte de la segunda generación divina, que precedió a la de los olímpicos. Temis era una diosa muy antigua y respetada, que participó en la creación del mundo y en el establecimiento del orden natural.

    Otra versión, recogida por el escritor romano Higino, afirma que Temis era hija del Éter y la Tierra, y no la incluye entre los titanes. Esta versión parece sugerir que Temis era una personificación del aire luminoso que rodeaba el mundo, y que estaba relacionada con la luz y la visión.

    Sea cual sea su origen exacto, lo cierto es que Temis era una diosa muy poderosa e influyente, que tenía el don de la profecía y el conocimiento de las leyes universales. Por eso, fue una de las primeras poseedoras del oráculo de Delfos, el más famoso y prestigioso de toda Grecia. Allí, Temis pronunciaba sus vaticinios desde una grieta en la roca, donde se decía que emanaban unos vapores sagrados que le inspiraban sus revelaciones.

    Más tarde, Temis cedió el oráculo a su hermana Febe, otra diosa titánide relacionada con la luna. Febe a su vez lo entregó a su nieto Apolo, el dios del sol y la poesía, que lo convirtió en su santuario más importante. Sin embargo, Temis siguió siendo una fuente de sabiduría y consejo para los dioses y los hombres, y se dice que ayudó a Apolo a fundar el oráculo con el propósito de beneficiar a la humanidad.

    Los atributos de Temis

    Temis era una diosa muy venerada por los griegos, que le dedicaron varios templos y altares en distintas ciudades. Uno de ellos se ubicaba en el santuario oracular de Zeus en Dodona, otro lugar sagrado donde se consultaba la voluntad divina. En Atenas poseía otro templo cerca de la acrópolis, donde se celebraban los juicios más importantes.

    Temis solía representarse como una mujer majestuosa y serena, vestida con una túnica blanca o púrpura. A veces llevaba una corona o un velo en la cabeza. Sus principales atributos eran una balanza y una espada, símbolos de la justicia y el castigo. La balanza representaba el equilibrio entre las partes en conflicto, y la espada la capacidad de imponer la ley con firmeza. A menudo, Temis aparecía con los ojos vendados, indicando que su juicio era imparcial y no se dejaba influir por las apariencias.

    Otro atributo de Temis era un cuerno de la abundancia, que expresaba su papel como diosa de la prosperidad y la fertilidad. Temis era la encargada de distribuir los bienes entre los mortales, según su mérito y su destino. También se le asociaba con el agua, como elemento purificador y fuente de vida. Se dice que Temis brotó con Las moiras, sus hijas, de los manantiales del Océano que circundaban el mundo.

    Temis también tenía una estrecha relación con el fuego, como símbolo de la luz y la verdad. Se cree que fue ella quien enseñó a los hombres el arte de hacer fuego, y que les dio las primeras leyes escritas en tablillas de bronce. Estas leyes eran sagradas e inmutables, y reflejaban el orden divino que Temis conocía y defendía.

    Las funciones de Temis

    Temis era una diosa muy versátil y polifacética, que desempeñaba diversas funciones en el mundo griego. Su principal función era la de ser la diosa de la justicia y la equidad, tanto en el ámbito divino como en el humano. Temis presidía la correcta relación entre hombre y mujer, la base de la familia legítima y ordenada, y la familia era el pilar del dimos, la comunidad política. Los jueces eran a menudo llamados themistopoloi, "sirvientes de Temis", y debían actuar con rectitud y honestidad.

    Temis también era la diosa del orden cósmico y natural, que garantizaba el funcionamiento armonioso del universo. Temis se encargaba de mantener las leyes que regían los fenómenos naturales, como las estaciones, los ciclos lunares o los movimientos planetarios. Así, aseguraba el equilibrio entre las fuerzas opuestas que existían en la naturaleza, como el día y la noche, el calor y el frío, o el bien y el mal.

    Otra función de Temis era la de ser la diosa de la profecía y la sabiduría, que conocía el pasado, el presente y el futuro. Temis tenía el don de ver lo que estaba oculto o por venir, y podía comunicarlo a través de sus oráculos o sus consejos. Temis era una fiel aliada de Zeus, al que ayudó a consolidar su poder tras derrotar a los titanes. Temis era la segunda esposa de Zeus, después de Metis, y le dio varios hijos e hijas. Además, le asesoraba en sus decisiones y le advertía de los peligros que le acechaban.

    Finalmente, Temis era también la diosa de la hospitalidad y la protección de los extranjeros, los huérfanos y los oprimidos. Temis velaba por el cumplimiento de las normas de cortesía y respeto entre los huéspedes y los anfitriones, así como entre los ciudadanos y los forasteros. Temis castigaba a los que violaban estas normas, o a los que abusaban de su poder o riqueza para explotar o dañar a los más débiles. Temis era una diosa benevolente y compasiva, que buscaba el bienestar común y la paz social.

    Los descendientes de Temis

    Temis fue madre de varias divinidades que heredaron sus atributos o funciones. Con Zeus concibió a las Horas, Eunomia (orden), Dice (justicia) e Irene (paz), que eran las encargadas de regular el tiempo atmosférico y las estaciones del año, así como de velar por el orden social y político. También tuvo a las Moiras o Parcas, Cloto (la hilandera), Láquesis (la repartidora) y Átropos (la inexorable), que eran las responsables de tejer el hilo del destino de cada ser vivo.

    Otra hija de Temis fue Astraia (la estrellada), una virgen que personificaba la justicia astral o cósmica. Astraia vivía entre los hombres, y les enseñaba el arte de la justicia y la virtud. Sin embargo, cuando la humanidad se corrompió y se volvió violenta, Astraia abandonó la tierra y se refugió en el cielo, donde se convirtió en la constelación de Virgo. Se dice que Astraia volverá a la tierra cuando los hombres recuperen su bondad y su inocencia.

    Otro hijo de Temis fue Astreo (el estrellado), un dios relacionado con el viento y las estrellas. Astreo se casó con su hermana Eos (la aurora), y tuvieron a los cuatro vientos: Bóreas (norte), Noto (sur), Euro (este) y Céfiro (oeste). También tuvieron a los astros: las estrellas, los planetas y las constelaciones. Astreo era el dios de la astrología, que interpretaba el destino de los hombres a partir de los movimientos celestes.

    Finalmente, Temis también fue madre de Némesis (la venganza), una diosa que castigaba el exceso de orgullo o felicidad de los mortales, restableciendo el equilibrio. Némesis era una diosa temida y respetada, que perseguía a los que cometían crímenes o injusticias, o a los que desafiaban a los dioses. Némesis era implacable y severa, pero también justa y equitativa.

    El papel de Temis en la mitología griega

    Temis tuvo un papel relevante en varios episodios de la mitología griega, donde demostró su sabiduría y su autoridad. Uno de ellos fue la Titanomaquia, la guerra entre los titanes y los olímpicos por el control del mundo. Temis se alió con Zeus, su esposo, y le ayudó a derrotar a sus hermanos rebeldes. Temis le dio a Zeus una poción mágica que le permitió liberar a sus hermanos menores, los cíclopes y los hecatónquiros, que habían sido encerrados por Crono en el Tártaro. Estos le proporcionaron a Zeus sus armas más poderosas: el rayo, el trueno y el relámpago.

    Otro episodio fue el nacimiento de Atenea, la diosa de la sabiduría y la guerra. Atenea era hija de Zeus y Metis, la primera esposa de Zeus y una diosa de la inteligencia. Cuando Metis estaba embarazada, Temis le advirtió a Zeus que si tenía una hija, esta sería más sabia que él, y si tenía un hijo, este lo destronaría. Por eso, Zeus engañó a Metis para que se transformara en una mosca, y se la tragó. Tiempo después, Zeus sufrió un terrible dolor de cabeza, y pidió ayuda a Hefesto, el dios herrero. Hefesto le abrió la cabeza con un hacha, y de ella salió Atenea, ya adulta y armada.

    Un tercer episodio fue el juicio de Paris, el acontecimiento que desencadenó la guerra de Troya. Paris era un príncipe troyano que había sido criado como pastor por unos pastores. Un día, mientras cuidaba sus rebaños en el monte Ida, se le aparecieron tres diosas: Hera, Atenea y Afrodita. Las tres le pidieron que eligiera cuál era la más bella, y le ofrecieron distintos premios: Hera le prometió el poder sobre Asia; Atenea le prometió la sabiduría y la victoria en la guerra; Afrodita le prometió el amor de Helena, la mujer más hermosa del mundo. Paris eligió a Afrodita, y le entregó una manzana de oro con la inscripción "para la más bella". Las otras dos diosas se enfurecieron, y juraron vengarse de Paris y Troya.

    Temis fue testigo del juicio de Paris, pero no intervino ni opinó sobre su decisión. Sin embargo, algunos autores afirman que Temis había predicho que Paris causaría la ruina de su patria al elegir a Afrodita. Otros dicen que Temis había aconsejado a Zeus que no participara en el juicio, ya que cualquiera que fuera su elección, provocaría la ira de las otras dos diosas. Así, Temis demostró su prudencia y su neutralidad, y se mantuvo al margen de la disputa.

    Galería de Imágenes de Temis

    Temis, la diosa de la justicia Estatua antigua de Temis Símbolo de Temis Temis sosteniendo una balanza La diosa Temis en la mitología griega Temis, la guardiana de la ley Estatua de Temis en el tribunal Temis, la consejera divina La justicia personificada en Temis Diosa Temis con vendas en los ojos Temis, la equidad en la mitología Estatua antigua de la diosa Temis

    Preguntas Frecuentes sobre Temis

    Temis era una diosa preolímpica, hija de Urano y Gea, y hermana de los titanes. Era la personificación de la justicia y la equidad en la mitología griega.

    Temis era representada con una balanza y una espada, símbolos de la justicia y el castigo. También se le asociaba con la sabiduría, la profecía y el orden cósmico.

    Temis desempeñaba múltiples roles, incluyendo ser la diosa de la justicia, la equidad, la profecía y el orden cósmico. También era la guardiana de las leyes divinas y la protectora de los débiles.

    Temis fue madre de divinidades como las Horas, las Moiras, Astraia, Astreo y Némesis, todas ellas relacionadas con la justicia, el destino y el orden cósmico.

    Temis participó en eventos como la Titanomaquia, el nacimiento de Atenea y el juicio de Paris, donde su sabiduría y neutralidad fueron destacadas.