Astraeo: Dios de las Estrellas en la Mitología Griega

¿Quién es Astraeo, el dios griego de las estrellas?

Astraeo es una de las deidades más antiguas y misteriosas de la mitología griega. Su nombre significa "estrellado" y se le considera el dios de las estrellas, la astrología y los vientos. Es uno de los titanes, los hijos de Urano (el cielo) y Gea (la tierra), que gobernaron el mundo antes de ser derrocados por los dioses olímpicos. Astraeo es el hijo de Crío, el titán del polo norte, y Euribia, la diosa del mar. Tiene dos hermanos: Perses, el dios de la destrucción, y Palante, el dios de la guerra.

Astraeo se casó con Eos, la diosa de la aurora, y tuvo muchos hijos con ella. Entre ellos se encuentran los cuatro vientos cardinales: Bóreas (el norte), Noto (el sur), Euro (el este) y Céfiro (el oeste). También engendró a los astros que adornan el cielo nocturno: Eósforo (el lucero del alba), Estilbón (Mercurio), Piroente (Marte), Fenonte (Júpiter) y Faetonte (Saturno). Además, tuvo una hija llamada Astrea, la diosa de la justicia, que abandonó la tierra cuando los hombres se volvieron malvados y se convirtió en la constelación de Virgo.

Astraeo es un dios benevolente y sabio, que enseñó a los hombres el arte de la astrología, es decir, la interpretación de los signos del cielo. Según algunos autores, también fue el creador de las estrellas fugaces, que envía como mensajeros a los mortales. Se le representa como un hombre anciano con una barba blanca y una túnica azul, rodeado de estrellas y vientos. A veces se le asocia con un cetro o una lira, símbolos de su autoridad y su armonía.

¿Qué papel tiene Astraeo en la mitología griega?

Astraeo no es un dios muy presente en los mitos griegos, ya que pertenece a una generación anterior a la de los olímpicos. Sin embargo, tiene algunas apariciones destacadas en las leyendas que narran el origen del mundo y la lucha entre los titanes y los dioses. Veamos algunas de ellas:

• La castración de Urano: Según el poeta Hesíodo¹, Urano odiaba a sus hijos los titanes y los encerraba en el Tártaro, una región oscura y profunda del inframundo. Gea, su madre, les pidió que se rebelaran contra su padre y les entregó una hoz de acero. Solo Cronos, el más joven y ambicioso de los titanes, aceptó el desafío y castró a Urano mientras dormía. De la sangre que cayó al mar nacieron las Erinias (las Furias), las Ninfas del Mar y Afrodita (la diosa del amor). De los genitales arrojados al cielo nacieron las Musas Uranias (las Musas celestes). Astraeo fue uno de los titanes que ayudaron a Cronos a sujetar a Urano durante el acto.
• La Titanomaquia: Cronos se convirtió en el nuevo rey del universo y se casó con su hermana Rea. Sin embargo, temiendo que sus hijos le arrebataran el poder, como él había hecho con su padre, los devoraba al nacer. Rea logró salvar al último de ellos, Zeus, al sustituirlo por una piedra envuelta en pañales. Zeus creció oculto en Creta y luego liberó a sus her manos a sus hermanos y a los demás hijos de Cronos que habían sido tragados. Entonces se desató una guerra entre los dioses olímpicos, liderados por Zeus, y los titanes, liderados por Cronos. La batalla duró diez años y se libró en el monte Otris. Astraeo se unió al bando de los titanes, junto con sus hermanos y la mayoría de sus hijos. Sin embargo, algunos de sus descendientes, como Eósforo y Estilbón, se pasaron al lado de Zeus. Al final, los olímpicos vencieron gracias a la ayuda de los Cíclopes, los Hecatónquiros y Tifón, unos monstruos que habían sido liberados por Zeus. Los titanes fueron encadenados en el Tártaro, excepto algunos que se salvaron por su lealtad o su neutralidad.
• La Gigantomaquia: Después de derrotar a los titanes, Zeus tuvo que enfrentarse a otro desafío: los gigantes, unos seres enormes y feroces que habían nacido de la sangre de Urano. Los gigantes intentaron asaltar el Olimpo, apilando montañas unas sobre otras. Los dioses pidieron ayuda a Heracles, el héroe hijo de Zeus y una mortal, ya que se había profetizado que solo podían ser vencidos con la ayuda de un mortal. La lucha fue feroz y muchos gigantes cayeron bajo las flechas de Heracles o los rayos de Zeus. Astraeo participó en la batalla del lado de los dioses, ya que era el padre de algunos de ellos. Se dice que lanzó estrellas contra los gigantes y que mató a varios de ellos.

¿Qué relación tiene Astraeo con la astrología?

Astraeo es el dios de la astrología, una disciplina que estudia la influencia de los astros en el destino de los hombres. Según la tradición, Astraeo fue el primero en observar el movimiento de las estrellas y los planetas y en descubrir sus significados ocultos. Luego transmitió sus conocimientos a sus hijos, que se convirtieron en los dioses de los cuerpos celestes. Cada uno de ellos tiene una personalidad y una función específica que afecta a los acontecimientos terrenales.

Por ejemplo, Eósforo es el dios del lucero del alba, la estrella más brillante que se ve antes del amanecer. Su nombre significa "portador de la luz" y simboliza el inicio de un nuevo día y la esperanza. Estilbón es el dios de Mercurio, el planeta más cercano al sol y el más rápido en su órbita. Su nombre significa "el que brilla" y representa la inteligencia, la comunicación y el comercio. Piroente es el dios de Marte, el planeta rojo que se asocia con el dios de la guerra. Su nombre significa "el ardiente" y refleja la fuerza, el valor y la agresividad. Fenonte es el dios de Júpiter, el planeta más grande y poderoso del sistema solar. Su nombre significa "el que ilumina" y simboliza la autoridad, la justicia y la generosidad. Faetonte es el dios de Saturno, el planeta más lejano y frío que se ve a simple vista. Su nombre significa "el que brilla" y representa el tiempo, la disciplina y la limitación.

Astraeo también es el padre de Astrea, la diosa de la justicia, que se relaciona con la constelación de Virgo. Según el mito, Astrea fue la última inmortal que vivió entre los hombres durante la Edad de Oro, cuando reinaba la paz y la armonía. Sin embargo, cuando los hombres se corrompieron y empezaron a cometer crímenes e injusticias, Astrea abandonó la tierra y subió al cielo, donde se convirtió en una estrella. Desde entonces, observa con tristeza el mundo desde su lugar celeste.

¿Qué culto se le rendía a Astraeo?

Astraeo no era un dios muy popular ni muy venerado en la antigua Grecia. No tenía templos ni festivales dedicados a él, ni se le ofrecían sacrificios ni oraciones. Su culto era más bien privado y se basaba en la observación y el respeto de los fenómenos celestes. Los astrólogos y los adivinos eran los principales seguidores de Astraeo, ya que le consultaban para conocer el futuro y el destino de las personas. También le rendían homenaje los navegantes, los agricultores y los pastores, que dependían de los vientos y las estaciones para sus actividades.

Astraeo era considerado un dios benevolente y protector, que guiaba a los hombres con sus señales y sus mensajes. Sin embargo, también podía ser temible y vengativo, si se le ofendía o se le ignoraba. Se creía que podía enviar tormentas, sequías, plagas o guerras, como castigo por la impiedad o la injusticia de los mortales. Por eso, era importante mantener una buena relación con él y con sus hijos, los astros y los vientos, que eran sus intermediarios.

Para honrar a Astraeo, se le dedicaban himnos, poemas y canciones, que alababan su belleza, su sabiduría y su poder. También se le ofrecían flores, frutos, incienso y vino, que se depositaban en altares o en lugares elevados, donde se podía contemplar el cielo. Además, se le hacían peticiones y agradecimientos, que se escribían en tablillas o en papiros, y se lanzaban al aire o al fuego, para que llegaran a sus oídos.

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